En el siglo XIV, la vida se volvió difícil. Estalló la guerra entre Inglaterra y Escocia en el año 1296. El clima empeoró y una serie de malas cosechas provocaron una hambruna generalizada. La Peste Negra asoló la tierra. Nunca pudimos estar seguros de cómo estos eventos afectaron las vidas de las personas locales, pero la arqueología puede darnos algunas pistas.
Las excavaciones han revelado que el jardín de la Antigua Rectoría en Ingram, alguna vez fue un campo arado. Residuos domésticos habían sido esparcidos sobre él como forma de fertilizante, incluyendo cientos de fragmentos de cerámica rota. Ninguna de estas cerámicas era posterior al siglo XIV (14), lo que puede indicar que, con menos personas para trabajar en los campos, gran parte de la tierra en Ingram fue abandonada o utilizada en lugar como pastizal.
Ingram era un lugar peligroso en el siglo XVI(16). Los Border Rivers, iban a menudo en grupos de cientos, y atacaban granjas o pueblos sin previo aviso. Las víctimas, en su mayoría indefensas, perdían todo lo que poseían e incluso veían sus casas ser incendiadas. Si tenían suerte, lograban escapar con vida. Ni siquiera la iglesia era perdonada. En un ataque en Ingram, robaron el plomo del techo de la iglesia.
La paz finalmente llegó cuando James Stuart, Rey de Escocia, se convirtió en Rey de Inglaterra en 1603. En el valle, pronto surgieron grandes granjas de ovejas que producían alimentos para una población en crecimiento y lana para la industria textil. Las ovejas pastaban los pocos árboles restantes, creando el paisaje de hoy en día.